Cine
  The Brothers Bloom
 

Por Magalí Vander Vorst

Hacer planes es algo inevitable, planeamos qué haremos mañana, si nos vamos a cenar el fin de semana, si viajaremos las siguientes vacaciones a Cancún… pero en los hermanos Bloom esto se convierte en algo obsesivo. Bloom (Adrien Brody), el pequeño de los hermanos, es tan tímido e inseguro que no sabe qué hacer si no se lo dice su hermano Stephen (Mark Ruffalo). Así, Stephen  descubre a los 10 años la solución: escribirle los guiones a su hermano para que sepa en cada momento qué hacer. Esta va a ser la vocación de Stephen, aprovecha los personajes que le crea a Bloom para montar estafas, pero no estafas cualquiera, sino historias enteras donde prevé la reacción de cada uno y consiguiendo contentar a todos. Como él dice: “la mejor estafa es en la que cada uno tiene lo que quiere”.

 

 

 

Con los años esto se ha convertido en una costumbre y todo el mundo los conoce como unos genios de la estafa. Pero a Bloom, el pequeño, esto no le gusta demasiado. No le conocen a él, si no a su personaje, “las mujeres que se acuestan conmigo creen conocerme, pero sólo conocen mi personaje”. Así que, harto de no saber quién es, decida hacer su última estafa, un planteamiento igual que el de las películas de vaqueros.

 

 

 

Pero esta estafa, como cabía esperar, no va a ser como las otras. Ésta vez involucrarán a Penélope Stamp (Rachel Weisz), una joven solitaria que está deseando sentirse parte de una aventura como contrabandista. Así que, para que “cada uno consiga lo que quiere”, habrá que montar un número especial…

 

 

 

Los estafadores actúan junto con Bang Bang (Rinko Kikuchi), una asiática muy excéntrica que en ved de hablar mira y hace saltar cosas por los aires. Los personajes son tan característicos como la realización, con muchos primeros planos a detalles, también planos estáticos, dando importancia al encuadre y el movimiento dentro. Adrien Brody, en su papel casi encasillado de ‘empanao’ es el protagonista y, paradójicamente el que menos se mueve de todos. Es constantemente embaucado por Stephen, quien le convence de que una vida no escrita no existe y lo convierte así en su propio protagonista para sus estafas.

 

 

 

En definitiva es la historia de un personaje que intenta cortar por lo sano con todos los hilos que le manejan, pero ¿es eso lo que él quiere, o lo que su personaje cree  que quiere?

 

 

 

Lo cierto es que a pesar de tener una premisa muy original, Esta película de… pasó sin pena ni gloria por el Festival de Cine de San Sebastián. A pesar de lo atractivo de ver un guionista en una película, va perdiendo interés y lo sustituyen con unos enredos que sólo sirven para darle un final, pero que alargan demasiado la película. Aún así, es  una historia interesante con constantes giros y sorpresas por lo difícil de separar el guión de Stephen de la realidad. Al final si lo que escribes es lo que haces, ¿qué diferencia hay entre la realidad y la ficción?

 

 


 
   
 
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