Amanece en los alrededores de la ciudad de Los Angeles. Brad, Rory Cochrane (conocido por trabajar en CSI), es un músico en paro que se levanta temprano para llevarle el café a la cama a su mujerLexi, Mary McCormack. Después de desayunar y vestirse, Lexi coge el coche hacia el centro de la ciudad a trabajar mientras Brad empieza a desempacar las cajas de mudanza en su nueva casa cuando interrumpen con una noticia de última hora en la radio; la ciudad ha sido atacada. Han explotado varias bombas químicas, las cuales provocan enormes concentraciones de cenizas tóxicas áltamente letales y recomendando a todo el mundo que permanezcan en sus casas. Brad coge el oche e intenta localizar a su esposa pero es imposible y vuelve a casa para intentar cerrarla herméticamente. Cuando su esposa vuelve a casa, se da cuenta de que si abre la deja entrar los dos morirán.
Con este argumento se puede presuponer que se trata de una película emocionante y angustiosa. El error tiene su base en la estructura narrativa. Comienza toda la acción de manera súbita lo que hace que al no poder mantener esta tensión durante toda la película acabe volviéndose monótona y en ocasiones pesada. Su cámara al hombro y la iluminación natural ayuda a dar realismo a una historia que en ocasiones cojea por las ya vistas teoría conspiratorias y por el final ¿sopresa? que intenta provocar un último golpe de efecto al espectador sin explicarlo muy bien y que acaba por hacernos pensar que deberíamos haber elegido otra película para ver.
Lo mejor: una película de catástrofes en plan realista.