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  Home ¿Dulce Hogar?
 

Por Gustavo E. Castillo

Llega a España la primera película rodada en cine de la directora belga Ursula Maier. Después de una premiada carrera dentro del mundo del cortometraje, y de su incursión en televisión, Maier nos ofrece esta arriesgada apuesta en largometraje de ficción.

 

Una familia vive aislada en una casa construida al borde de una carretera abandonada. Un buen día, empiezan las obras de reconstrucción de la carretera y, al poco tiempo, la paz que disfrutaba la familia se ve invadida por la vorágine del tráfico.

 

Home se trata de una propuesta arriesgada sobre todo desde el punto de vista argumental, que precisa enfrentarse a ella de un modo especial. Es un film de claro tinte alegórico que juega en el peligroso límite de lo inverosímil, con el handicap añadido de que no se trata de una película fantástica o de ciencia ficción, sino que se acerca más a una película costumbrista que ahonda en los conflictos familiares y personales. Es un buen ejercicio para comprender que el cine es algo más que una historia que se narra.

 

Sin ser una obra maestra, Maier articula diversos elementos dramáticos con gran acierto. El que más llama la atención es sin duda el sonido, cargado de múltiples valores trabajados con precisión en cada secuencia, llegando a ser el auténtico protagonista del film.  Por ejemplo, en la secuencia en que el hijo pequeño se escapa de casa, corriendo por la carretera, cruzando con los coches pasando a toda velocidad, la madre le persigue para que vuelva. El ruido de los coches domina el film desde hace rato, habiendo sepultando el silencio que retrataba la paz que vivían los personajes. El ruido se incrementa mientras la madre trata de alcanzar al hijo. De repente, silencio, acompañado de un plano de ella mirando a su alrededor. El tiempo queda suspendido y la amenaza de los coches y el miedo de la madre se transforman en confusión y desamparo.

 

La fotografía se eleva en algunos momentos con pequeños detalles como elemento de proyección psicológica: las luces rojas amenazantes de los camiones sobre el rostro del padre, hacia el principio de la película; un chorro de luz blanquecina que irrumpe en la oscuridad de la casa hacia el final, que expresa claramente el estado emocional de los personajes; etc.

 

En cuanto a las interpretaciones, hay que decir que todos los actores son magníficos, además de estar muy bien dirigidos. La dirección de Maier se nota sobre todo en la precisión con que están trabajadas las curvas dramáticas en cada secuencia, cada grito está en el lugar que le corresponde, cada mirada, cada pausa…

 

Lo único que puede reprochársele a la directora, es quizás la duración del film. Hay algunas secuencias que no aportan nada y se podían haber suprimido. Además, llega un momento en que el desarrollo excesivo de los conflictos entre los personajes, crea demasiada expectativa hacia lo que va a suceder y eso va en contra de la propuesta, por el hecho de jugar en el terreno de lo inverosímil.

 

En definitiva, nos encontramos ante una película muy interesante para quién busque una experiencia cinematográfica y no se conforme con el simple seguimiento de un hilo narrativo.



 
   
 
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