Cine
  La Decisión de Anne
 

Por Magalí Vander Vorst



Anne (Abigail Breslin), a pesar de su corta edad, es consciente de que fue concebida para salvar a su hermana enferma de cáncer, a través de las células madre. Pero, a pesar de que esta niña –llamémosle niña diseñada- hace constantes donaciones a su hermana Kate (Sofia Vassilieva), ésta sigue enferma y la niña diseñada ya no está tan convencida de prestarse a dolorosas operaciones.

 

Es un tema que llama mucho la atención por la novedad. El director de ‘El diario de Noah’, Nick Cassavetes, ya tenía experiencia en rodar dramas hospitalarios con la película ‘John Q’, en 2002, pero en este caso ha aprovechado el tema en boga de las células madre y de cómo afectarían la decisión de tener un hijo para salvar a otro  más allá de el calvario científico.

 

Como podéis imaginaros es un drama lacrimógeno, contado de una forma muy literaria; el comienzo son presentaciones de cada personaje, cada uno cuenta en voz en off cómo ha visto la situación de tener un miembro más en la familia por necesidad. No en vano está basado en la novela homónima de Jodi Picout, y ese rastro de conversaciones literarias y explicaciones en off destacan sobre una cinta que debería ser más visual, pero se libra porque sólo lo hace al comienzo.

 

La madre, Cameron Díaz, trata de convencer por todos los medios a la niña diseñada de que acceda a donarle un riñón a su hermana para salvarla. Cameron sale de su típico personaje de ‘mujer guapa que liga con tantos que nos se decide’ y se pone por segunda vez en la piel de un personaje de género dramático.  Parece que está desencasillándose porque supera la prueba del drama y hace muy bien el papel de desequilibrada… aunque esto también lo hace en las comedias.

 

Lo que separa a esta película de ser un dramón es que intenta que sean más las escenas dulces que las duras. Y, las duras, las adereza a su vez con un mensaje muy claro que es “lo importantes es sonreír”. Así que se convierte en una fábula donde el más fuerte es el enfermo por el simple hecho de que es quien sabe aprovechar los momentos que tiene. Y que una hija diseñada no es una máquina de generar curas porque, aunque nazca como una máquina, también se convierte en una hija, y obcecarse con curar a un enfermo no te deja ver que los demás también necesitan cariño.

 

Con esta película, una vez más ha retratado personajes y dibujado con cuidado los momentos lacrimógenos para no regodearse en el morbo y tener siempre presente que no es una película para dar pena, sino para enseñar a vivir.




 
   
 
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